En primer lugar, quería
presentarme para que supieseis un poquito más de mi. Soy Amaya Sanfabio,
lienciada en ciencias de la actividad física y el deporte, diplomada en
magisterio: Educación Física, madre y atleta. En unos meses daré a luz a mi
segunda hija, mientras sigo disfrutando del deporte.
Desde pequeñita, he practicado
algún tipo de deporte, a pesar de que mis padres no han sido personas muy
activas, siempre han querido que nosotras lo practicásemos. Tengo 2 hermanas
más, Tamara, mi melliza con la que he compartido gran parte del camino, pues
las dos hemos practicado los mismos deportes y hemos cursado prácticamente los
mismos estudios en la Universidad. Y Yolanda, 6 años menor que nosotras que
también ha hecho deporte aunque no han sido los mismos que nosotras.
Aproximadamente con 3 años, mis
padres se empeñaron en que Tamara y yo aprendiésemos a nadar a pesar de
nuestros lloros, vómitos y berrinches, ellos no cedieron. Estuvimos vinculadas
a la natación hasta los 16 años aproximadamente, nunca lo hicimos a nivel
competitivo y lo compaginamos con otros deportes a nivel escolar como el
baloncesto o el voleyball. Evidentemente, tras un mal inicio en el mundo
acuático, al final le cogimos el gustillo, las dos somos monitoras de natación
y socorristas. ¡Nos encanta el agua!
Más o menos a los 16 años,
pasamos a un grupo de adultos en natación, teníamos que madrugar los fines de
semana y ya no era tan divertido. Como nuestros padres seguían empeñados en que
hiciésemos deporte, encontramos en las carreras populares la excusa perfecta
para huir de la piscina. Empezamos a participar en carreras populares de 5km
sin ningún tipo de preparación, no es que se nos diera muy bien pero nos
gustaba, así que mi madre buscó un club de atletismo para apuntarnos.
Nos encontrábamos en los últimos
años de instituto así que yo asistía poco a los entrenamientos, realmente me
apunté un poco arrastrada por mi hermana porque me aburría en casa sin ella.
Fueron pasando los años y mi hermana fue tomándoselo cada vez más en serio,
mientras yo la seguía de lejos, entrenaba algo y competía pero sin grandes
resultados hasta que hace 13 años conocí a mi chico, Pablo Villalobos, también
atleta. Por aquellos años, él vivía en Cáceres y yo en Madrid, así que cuando
nos veíamos, él siempre tenía que entrenar, con este extra de motivación poco a
poco fui cogiendo continuidad y empezaron a llegar buenos resultados y comencé
a ir a campeonatos de España.
Campeonato de España pc en Madrid - 2005 |
En marzo de 2012 tuvimos a
nuestra peque, Ariadna. Tuve un buen embarazo y pude correr hasta el 6º mes.
Dejé de correr no por encontrarme mal, sino por toda la presión externa, llegó
un momento que no disfrutaba corriendo e iba muy agobiada con el pulso, no
caerme, etc. Después de respetar estrictamente la cuarentena y algo más, retomé
los entrenamientos muy poco a poco.
¡Lo que me costó volver a correr,
pero qué ganas tenía!
No hay comentarios:
Publicar un comentario